Sol de invierno.

Hoy ha sido un día agotador. Anoche me encontraba realmente inquieto en la cama y no conseguí conciliar el sueño hasta que no pasaron las cuatro de la madrugada. El madrugón para ir a la facultad, a las seis y media, y la posterior jornada de estudios hasta las ocho de la tarde, como es normal, ha hecho que me sienta cansado. No obstante hoy ha sido un día en el que me he encontrado bastante activo mentalmente. Tenía pensamientos hiperactivos que iban y venían de un lado a otro de mi cerebro. Los recuerdos se entrelazaban unos con otros como la labor de los tallistas en los capiteles coríntios más avanzados. Las sensaciones se iban entrelazando pero sobre ellas reinaba una sensación de paz. Paz que se mezclaba con añoranza en algunos momentos, sobre todo en aquellos en los que necesitaba sentir alguien cerca de mí. Lo anecdótico de esto es que por primera vez es "alguien" y no "Ella". He dejado que el sol de invierno, que dispersaba la bruma matinal, entrase por mis poros, abriendo cada uno de ellos ante el frescor del cesped sobre el que lo recibía. Tras una hora repostando bajo los brazos cálidos de Apolo me he dispuesto a continuar con la monotonía y me he dejado llevar como estoy acostumbrado a hacerlo, deslizándome sobre la realidad y disfrutando del tiempo que transcurre mientras paseo por las esferas visibles. "Los misterios de un universo paralelo creado por las siete deidades se asentaban en mí y me hacían caminar con mayor tranquilidad"*




Deslízate.








*Esto es mío, no lo he sacado de ningún lugar, pero quería destacarlo con comillas para que se viese que es un pensamiento que tiene algo de importancia que espero comprender cuando vuelva a leer esto pasado el tiempo