Cambio de planes

La luna pasea tranquila por la tierra, fugaz por el cosmos, en ésta su última visita a la primavera. En su próxima visita ya el sol tostará los campos y hará caer lagrimas de las frentes de los hombres. Hoy mientras tanto la estación muestra su cara amable. La noche es pincelada con nubes altas insignficantes que con la luna llena otorgan a la noche una calidez especial. Las estructuras invaden mi cerebro, catedrales, miradas antinaturles que salen de lo real; chocando como un tren contra lo irreal. Nombre e imágenes corren por mi mente despejando todo lo acumulado en ella, lo cotidiano. Ha vuelto los recuerdos olvidados, aquellos que hacen que quieras seguir haciendo otra cosa. He deshecho y hecho planes, un cambio... Lo mejor es ir por partes y como siempre salir por la puerta grande, la salida de emergencia siempre lleva a un callejón sucio, humeante y poco iluminado, dónde puede haber más gente que tú preguntándose que hace allí, y ante la desesperación por encontrar una respuesta muchos hombres han perecido. Es evidente que las decisiones las tomamos con respecto a los pro y los contra que tengan, de esa manera creemos ser justos, "hacer lo correcto" que dirían los moralistas, pero verdaderamente es hacer lo que a nosotros nos parezca más justo con respecto a nosotros mismos. Debemos saber esperar el momento que llega siempre justo cuando tiene que llegar, lo que hay que hacer es preparse para ese momento, pues cualquiera puede ser bueno. Esto suena prefetico, pero no son más que palabras que intentan ceñirse a la realidad de las circustancias, aquellas que me llevan a hacerme mostrar desde hace meses. Lo real quizás, mejor que la realidad, pues esta es una y lo que nosotro percibimos dista mucho de esta. Por lo tanto disfrutemos el momento, saquemos el máximo partido de todo aquello que hagamos, en todos los sentidos... pues el tiempo pasa y las cosas llegas, siempre y cuando estés dispuesto a aceptarlas.

Deslízate.

Para A. G. M. Montes

Rutinario quizás.

Bonita noche de mayo, la luna, en cuarto menguante, pasea tranqulia tras una semana de cielos encapotados, mostrando colores plomizos. La temperatura es agradable, se deja estar. Odio tener esta sensación en el cuerpo, tener un pueblo en la cabeza. Lo detesto. Me intento olvidar siempre que puedo, intento deshacerme de él en mi imaginación. Pero sigue estando ahí, y casi me he acostumbrado ya a esta sensación. Últimamente no pienso en nada, no me dejo llevar, o lo hago muy facilmente. Detesto algunas cosas y aprecio otras, es ley de vida.

Deslízate.

Valiente

"¿Y por qué iba a querer saber algo de tí?" esto duele


Si encuentras el mensaje oculto entenderás donde está la valentía.... mientras, deslízate.

Humedad.

¡Qué bien me sienta el ambiente húmedo que queda tras la lluvia! Ha llovido y se ha llevado todo el aire plomizo que pesaba sobre la atmósfera, sobre mi cabeza. Se ha despejado la situación, y mis pulmones lo han notado. Por el resto las técnicas han sobrepasado a las teorías.

El canto de la sirena.

Llevo días sin escribir, sin poder escribir. Hace una semana, no lo recuerdo mal, el canto de las sirenas me llevo hasta un abrazo en la campana, donde todo llegó a su fin, donde se encontró el principio. El resto de la semana se ha paseado frente a mis ojos y no me ha dejado ver nada más. La primera evaluación, la primera por decir algo, ha sido superada. Ahora sólo me queda seguir adelante. Sólo queda ya de Lilith su ojo, aquel que siempre mira, una vez al mes, el mundo en el que fuimos castigados. Yo mientras estoy bajo su antenta mirada, esperando a que vuelva, con otro rostro, otro cabello, otra mirada y yo, una vez más, me quede petrificado.

Ahora intuyo sonrisas a mi pasar, me recreo en las miradas, en los ojos negros, en los pardos, en los negros. No siento nada y lo siento todo, aunque casi esté convencido de que ambas cosas son algo diferente. La cotidaniedad me absorve y el mundo se va transformando, dejando colores amables a su alrdedor. Yo sigo paseando y el desliz cada día es más placentero, aunque durante estos días atrás no haya sido capaz de reconocer el movimiento.

Deslízate.

Hoy

Hoy es el día en el que todo se ha desmoronado, en el que parece que repelo a la gente...

El deslíz.

La noche es onírica, se deja caer lentamente sobre mis hombros como si fuese miel. Siento el leve frescor, mis poros se abren ante una suave brisa. Hoy he vuelto a mirar el cielo, tal y como lo hice hace meses, pero esta vez solo. Los recuerdos se han lanzado sobre mí, pero lo que veía ha ganado y mis demonios se han ido. He saboreado el humo de la tranquilidad, dejado que recorra mi boca su sabor. Es en estos momentos en los que todo y nada te importa en los momentos en los que empezamos a deslizarnos. El deslíz no es un acto en sí, es una actitud. Somos nosotros quienes nos debemos sentir deslizar. Cuando el viento sopla a favor es más fácil sentir el deslíz, somos más propicios a ello. En cambio, si somos nosotros quienes nos olvidamos de que lo importante es aprender y saborear cada momento, pues todo lo que nos ocurra será aquello que nos merezcamos y de esta forma debemos actuar de frente a las cosas. El deslíz es el movimiento perfecto. El rozamiento es menor por lo tanto puede desplazarse sobre la superficie sin fuerza alguna. Esta imagen es perfecta para entender que sea cual sea el terreno debemos intentar deslizarnos sobre él, asumiendo las circunstancias y buscando y diferenciando lo positivo de lo negativo, intentando evitar esto último para no caer en el error de condenar el deslíz, creer que todo es una mierda y hundirnos en nuestros pensamientos. El orden del cosmos me ha ayudado a ver que no somos nada y como nada debemos actuar. Somos un pequeño ser que tiene frente a sus narices todo el universo, que no empieza más que en uno mismo, y aún así somos algo insignificante. Esto me tranquiliza por que llego a la conclusión de que las cosas tienen un por qué y es el que yo le quiera dar.

Esta noche tras una leve reducción de la velocidad del deslíz, que ha provocado en mí aburrimiento, y pesadez, el movimiento a vuelto a ser constante, a estar acorde con el mundo.

Hoy vuelvo a deslizarme

Poema

Sólo un viejo recuerdo
...
Sólo un reflejo
...
Sólo un viejo recuerdo
...
Sólo un reflejo
...

Tan solo un momento
...
Tan solo,
ante el espejo.

noche

La noche se saborea primaveral. El atardecer ha traido a mi mente recuerdos de tardes lejanas, y me he sentido bien. Los violetas, rosas, plateados, azules y negros se mezclaban en el horizonte, dejando que todo el mundo se detuviera ante ellos y los pudiese contemplar. El día ha pasado con la congestión citada, sigo con ella, sigo absorvido en esta sensación. Me detengo, recuerdo sus ojos, sus palabras, la recuerdo, me recuerdo a mí, me recuerdo. Estoy tranquilo siento como me deslizo por la situación y cómo nada debe preocuparme. La noche es tranquila y desconcertante, trae buenos recuerdos y ganas de crear nuevas situaciones, nuevos deslices.

Congestión

Tarde congestionada. Llevo dos días sin poder respirar, todo mi rostro está hinchado y nada huele a realidad... el último olor, el suyo. Voy a seguir pasando la tarde a ver si encuentro un medio de comunicación.