Rey sombra

Rey sombra

sábado, 29 de diciembre de 2007

Vacío

(Durante estos dos últimos días)


No comprendo como me puedo sentir tan mal. No comprendo como puede doler algo que no es nada, que no tiene ninguna importancia. Llevo dos días sin oír tu voz y me encuentro perdido. Paseo sin ningún sentido. Mis pies me llevan a lugares y todos me parecen estar vacíos. No comprendo como, ni por qué necesito tanto oír tu voz. Saber que tras ese micro está tu aliento, golpeando a ritmo marcado contra el auricular. No me canso de pensar en ti, y eso es algo que no quiero que pase. Pero supongo que ya es demasiado tarde. No puedo evitarlo.

Imagino que estamos sentados en la terraza de una cafetería, hablando por hablar. El sol golpea nuestras caras. Tú, como siempre, te siente maravillosa, te muestras maravillosa, estás maravillosa. Me gusta verte así, destellando tu pelo, tus ojos y tu sonrisa. Fumo para marcar mis palabras, que aportan ideas estúpidas, que se las lleva la brisa entre las ramas de los árboles que antes no estaban. No puedo parar de sentirme bien, está fuera de mi alcance
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Pero luego recuerdo que solo imaginaba, que llevo dos días sin oír tus palabras, que parece que nada y todo pasa.



Si te deslizas encontraras el texto en la pantalla... ¿qué es deslizarse?

Lleno

(Hoy)




La luz blanca de la mañana entraba suavemente por el cristal de la ventana, acariciaba la habitación haciendo que todo pareciese placentero y duradero. Al salir a la calle el azulado cielo azul me mostraba la plenitud del sol en sus rayos. Sin saber por qué caminaba tranquilo, sereno, incluso alegre. Son raros estos días en los que todo parece estar en su sitio. Y de repente una justificación.

Junto al mar sonaba una señal telefónica. Sus labios se movían suavemente, la comida recorría su cuerpo, dándole sentido a todo. Un cálido tono era emitido desde su garganta. Que bueno ha sido oír su voz. Ahora todo tiene, o parece tener, algo de sentido. El sol brilla por algo, el cielo es lo que es por algo, yo soy feliz porque he vuelto a escucharla. Sólo eso le ha dado sentido a las cosas, una explicación a lo que parecía no tenerla. Me he sentido bien y no me ha hecho falta deslizarme, simplemente oír. Dejar que todo mi cuerpo pudiese oírla. Fumar tranquilidad mientras sus palabras recorren todo mi cráneo, mi pecho y extremidades. Una vez más, sin estar has estado. Eso es algo que me gusta, que me aterra y me revoluciona. Una vez más... Gracias. Es una suerte poder oírte y verte y sentirte casi todos los días... y aún me sabe a poco.


Probare a ir despacio, deslizarse también puede ser peligroso.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

día de delirio

Hoy al despertar brillaba el sol. La mañana no podía ser más cotidiana. Mientras, avanzaba el tiempo recordando sonrisas coloniales de áfrica, ¿cómo brillarán sus ojos allí? ¿cómo lo hará su pelo? Me contento con poder oir su voz, y me siento atormentado en ese momento...

Sin quererlo la tarde llegó, y yo me heché a andar. Sentir la ciudad en mis pies. Dejar que todo pase mientras nada ocurre. Pensar en lo que nunca pienso. Ver lo que nunca miro. Escuchar lo que nunca oigo. Ver la ciudad que nunca veo. Pero me faltaba una sonrisa, y la he encontrado. Corría delante de mí, en mi rostro, en mi memoria, en mis labios. Observar el arte la apaciguaba, le hacía sentir bien, y a mí con ella. Sin estar has estado... ¿por cuánto tiempo? Se dibujaba un cielo plateado de azules nórdicos. El río recogía el peso del sol en el horizonte. Luces por todos lados me hacían caer en la cuenta de que diciembre ha llegado... me ha cogido por sorpresa. ¿hacia dónde he estado mirando hasta ahora? El frío se iba haciendo cada vez más intenso, eso me gustaba, me hacía sentir más vivo. Ríos de peatones resvalan por las mismas calles que mis pies, que me conducen al calor del hogar, de esto que llamo hogar.

Ha caído la noche y no puedo parar de andar. Mis pies se sienten bien así, mi mente se despeja cada vez más. La música entra en mi cabeza tranquilizando a la materia gris. Las estrellas pueblan el cosmos y una nube se atreve a divagar por el cielo. Mientras, la luna, ilumina anaranjada todo lo que un día pudo ser y no quiso.

Observando a los que se deslizan, preguntándome si yo verdaderamente lo he hecho alguna vez.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Paseo


Esta sensación debe ser común. Seguro que lo ha sentido casi todo el mundo alguna vez en su vida, pero ahora me toca a mí. ¿Cuánto tiempo me he llevado mirando sus ojos? ¿Durante cuanto tiempo he podido ver esa mirada? No lo sé, sólo se que necesitaba pasear tras ello. Paseo tranquilo lleno de frío y humedad. Noche que caía en mis hombros dejando en ellos el peso de la nostalgia del otoño. ¿Habrá pensado alguien en mí? No lo sé...

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sólo sé que he vuelto a deslizarme...

viernes, 14 de diciembre de 2007

2

¿Estoy condenado a esta libertad?
¿Son mis cadenas este aire,
libre y fresco?
Mustia tarde rosada,
triste noche sin eco.
Solitaria madrugada de soles,
que me recuerdan
que dentro de poco estaré muerto.
Y veo angosta la realidad
y creo ver una salida.
¿Habrá alguien en la entrada,
alguna vida,
que olvidada en ternura,
me reciba?

1

Quiero sentir helado,
lleno de plata glacial,
mi corazón.
Tener piedras en la cariótida,
carrara que llene
de puro e inmaculado blanco,
mi corazón.
Unir sendos polos
en el ecuador.
Que desaparezca todo calor,
que no importe si sale el sol.
Quiero sentir helado...
...mi corazón.