Rey sombra

Rey sombra

domingo, 29 de julio de 2007

De vuelta

Y al volver, ver el mismo lugar, que nada ha cambiado. Quizás yo lo haya hecho, pero nunca me doy cuenta de esto. Mil imágenes pueblan mi mente, se buscan sonidos, frases que recordar. La bajada parece más dura que la subida, ahora el terreno es conocido, y se presenta aterrador ante nuestros ojos... aún así seguirá pasando el tiempo.

Y aunque parezca mentira me deslizo.

lunes, 23 de julio de 2007

Paseo

Tres chicas pasean despreocupadas bajo el sol. Es una mañana agradable. El sol está ya en lo más alto del cielo, pero no aprieta. Deja caer sus rayos sobre la gente, que los reciben gratamente. Todo esto unido a una suave brisa que refresca todo el ambiente. Un pájaro canta en una casa cercana... que tranquilidad siento. Miro a mi alrededor y veo que no tengo que hacer nada, solo dejar que pase este momento, disfrutarlo. Algunos coches pasan lentos por la calle delantera. De ellos salen distintos sonidos, canciones, palabras, gafas de sol, brazos... Algunos niños corretean por la acera dirección al parque de la calle posterior. Bicicletas pasan a toda velocidad con niños despreocupados en ellas. Una suave sintonía pop llena el ambiente en los huecos que da la realidad. El grupo de las tres chicas aún no se ha acercado, su andar es tan pausado, que parece que aún están en el mismo sitio de antes.

Las nuevas construcciones que se levantan frente a la casa están llenas de vidas, muchas aún por terminar. Antes eso era campo, ahora es un bosque de antenas. Sigo paseando la mirada cansadamente por el paisaje, fumo un poco de tranquilidad y me dejo llevar nuevamente por la música. Pienso en leer un poco, pero todo lo que veo me entretiene y me tranquiliza. La mañana es agradable, todo parece en armonía. Sucede cuando tiene que suceder. Algunas golondrinas planean a ras de suelo, se elevan ante la proximidad de los coches. Los gorriones saltan entre los terrenos de los solares que aún están por edificar. Nada puede estar mejor, todo en su sitio. El grupo de chicas a avanzado. Ahora las puedo distinguir, una de ellas lleva el pelo recogido, color fuego, camina despreocupada, fuera de la tranquila conversación que mantienen sus compañeras. Estas dos, con el pelo suelto, hablan tranquilamente, divertidas, son morenas, como lágrimas de oscuridad. No me canso de mirarlas, siguen avanzando... y van a cualquier otra parte de allí. Casi puedo salir a su encuentro, no pienso hacerlo, pero casi puedo hacerlo. De repente pasan delante de mí. Las miro, la chica ensimismada sonríe al sol, mira las cosas con tranquilidad. Las otras dos han dejado la conversación para luego y ahora acompañan en silencio a la otra muchacha. Y de repente desaparecen... todo se queda vacío, sin sentido. Quizás vaya a leer algo.

Sigo deslizándome.

martes, 17 de julio de 2007

Calor--Frío

Días tirado en la sombra, sin hacer nada, arrepintiéndome de todo. Busco salidas a mi alrededor y sólo veo fracasos, estos no son tal, pero los siento como si lo fueran. Veo curvas lentas, que no llevan a ninguna parte. Estoy cansado del verano, cansado de la espera que supone esta estación, la eterna espera. Cuantos años llevo esperando que llegue septiembre, cuantas veces en mi vida he deseado que llegase ese mes...

Lo debo olvidar. Debo fijar mi mirada en otro mes, debo dejar que todo pase. Pero eso no es lo correcto, si verdaderamente deseamos las cosas debemos actuar para que pasen. Nuestra aptitud debe ser la idónea para que se den esas circunstancias.

Esta calor me va a matar, aunque ya apenas la siento, sólo algunas veces, para sentirme castigado. Dejo que entre en mi cuerpo haciéndome querer más que nada en este mundo salir de él. Momentos después olvido el calor, me recojo en el frío imaginario, ese que puebla mi mente. Me dejo congelar, hasta que mis labios se vuelven morados, hasta que mis pulmones se petrifican. En este estado escucho sintonías francesas, flotan en el aire como suaves brisas de primavera... destruyen como tormentas de verano.

Me arrojo en el sofá a pasar el tiempo, intentar leer algo y aún sigo sintiendo el frío, lo prefiero al calor... o eso he creído siempre.

Sigo deslizándome.

miércoles, 11 de julio de 2007

imaginación para predecir

Días perdidos, cansados, sin razón de ser. Pasan delante mía, lentos, pesados. La llegada de la noche supone un alivio, no obstante los días son largos. Dan mucho que pensar. Los recuerdos me invaden haciendo de esos días largos, días infinitos. Me pierdo en la calidez de antiguas conversaciones telefónicas, las añoro, las intento olvidar y vuelvo a recordarlas. Necesito tener la mente ocupada, pero el calor hace que los movimientos sean los mínimos. No busco lo que debería buscar, encuentro cosas que aparecen al azar en el camino, no han sido buscadas. Unos momentos antes de hacer una última evaluación leí en una tira de los astros, de un periódico cualquiera, esto "el que guarda halla" ¿Qué debo guardar? Llevo preguntándome desde aquel día. Aún no lo sé, son tantas las cosas que necesito, tantas las que desecho. No debo frustrarme con este tema, no me debo obsesionar. El que escribió eso cobraba por ello, era un esclavo de un sueldo. Así no es fácil de creer, más bien debe ser alagada la imaginación que la predicción.


Los días pasan largos, cansados, lentos. Yo mientras me deslizo entre ellos deseando que llegue el otoño... parece mentira.


Sigo deslizándome.

domingo, 8 de julio de 2007

24 h.

Me despierto tarde... miro el reloj y la una se asoma lentamente en las agujas. El vino que anoche parecía el néctar más jugoso, ahora se convierte en pastosidad y sed. Me levanto lentamente. La habitación oscurecida por unas cortinas que caen con suavidad en la ventana. Mi cuerpo perdido por la realidad avanza sin rumbo marcado hasta el baño. Tras realizar las breves tareas de higiene desciendo al verdadero mundo, a ese al que todos tememos enfrentarnos.
Una vez en ella descubro que no era tan tarde como pensaba, que no era tan terrible como creía. Me detengo frente a todo el mundo y comienzo a escuchar canciones. Estas quedan lejos de mí, como el medio día, al que aún le quedan un par de horas para llegar. En este momento disfruto de unos de los momentos más placenteros de la mañana, de esta mañana que se me ha planteado tímida, ruborizada ante los nuevos momentos por acontecer.

La tarde se presenta cansada, plomiza, muy calurosa. Las compañía es escasa, y la verdad, no muy deseada. Es en estos momentos, en los que sabes que verdaderamente estás solo, cuando disfrutas la soledad. Como es evidente no es un sentimiento muy cálido, pero si puede ser agradable. Escucho músicas que llevan a mi mente nuevos mundos, que aparecen y desaparecen en un instante. Está claro que esto es fruto del humo producido por toda la divagación matutina. Me siento tranquilo de estar así, pero atento a todo lo que me rodea... de repente algo sucede.

He dejado de escribir corriendo. Ocultarme detrás de las letras no ha servido de nada. Me he vuelto un ser confuso y sonriente. Me ha alegrado tanto pasar estos segundos así, sorprendido. En ese momento la tarde comenzaba a pasar, se perfilan nuevos rostros delante de mí. Recuerdo antiguas situaciones que no tienen nada que ver con la que está sucediendo ahora. Y esto es algo que es posible que no vuelva.

Como dije no volvió. La verdad es que no fue necesario que lo hiciese. Entre humo y tranquilidad ha pasado una tarde fantástica. Y la noche se plantea aún más cómoda y distinguida...

Distinguida si fue, hasta la policía nos agració con su presencia. Por esta razón no se pudo disfrutar la noche de luna menguante en la Alameda. Nos fuimos a refugiar a un bar, donde todo el mundo buscaba asilo. Era curioso ver como a casi todo el mundo le cierra la mente los bares... se sienten más vigilados, más controlados. Todo esto desembocó en mil conversaciones etíilicas, que finalizaron cuando a las 07:07 del 07-07-07 aires gauchos trajeron conversaciones olvidadas, pero ya desarrolladas en tardes pasadas.

Por fin he llegado a casa. Entro silencioso para no hacer mucho ruido... Es evidente. Aún así logro despertar a mi hermano. Es buena señal. Charlamos durante unos instantes. Asiento los recuerdos adecuados. Y tras esto vuelvo a mirar el reloj... Esta vez veo correctamente la hora. Las once de la mañana llevo veinticuatro horas despierto, con ganas de ver la realidad.

Me sigo deslizando.

martes, 3 de julio de 2007

Deseoso septiembre.

Aunque parezca mentira ya he llegado el mes de julio... cómo pasa el tiempo. Parece ayer cuando aún era primavera, cuando aún ere invierno. Ahora llega el momento de esperar a los buenos momentos, pasar toda la calor del universo y rezar para que septiembre llegue lo antes posible.

Deslízate.