ganas

Tengo ganas de verte. De que estés ahí. Dejando que el sol caiga por tu cuerpo desnudo. Poder acariciarlo, sentir como tus bellos se erizan. Dejar que tu pelo se enrede en mis dedos. Saborear el néctar de tus labios. Perderme en la oscuridad de tu pupila. Tengo ganas de verte, y no me atrevo a hacerlo.

perdido

Hoy me siento perdido... aunque aún no he salido a buscarme.

Magdalena

Quizás tu nombre le pese a tu sonrisa, y por eso se esconde tras esos labios, ni muy finos, ni demasiado gruesos. Tu mirada busca donde sostenerse nerviosa, como la de una niña ilusionada. "estoy perdida" dices. Y creo que el perdido siempre he sido yo. Caminas como si el mundo te elevara a cada acometer de tus pies. La tierra sabe que la pisas. Tu pelo, color tierra, encuadra tu cara de la forma más inverosímil, haciendo que no pueda dejar de mirar como brillan tus pupilas. Te veo pasar fugaz entre patios cargados por los rayos de sol, que crean cúpulas imaginarias a tu pasar. Un susurro de la fuente más cercana trae tu voz con ella, la deja pasar entre sus lamentos. No dices nada, y yo enmudezco. Soy piedra perdida en la memoria de la geología. Olvidada entre generaciones de granito resplandeciente. En ese momento sueño con tu piel dorada por el sol primaveral. El sueño desaparece al ver como los bellos de tus brazos resplandecen con unos rayos que parecen perseguirlos. Todo esto puede ser tanto, que seguramente en unos segundos dejará de serlo.