Una centuria

Una centena de noches pasan por esta pantalla. Casi cinco estaciones reflejadas entre mis dedos. Una más, mejor, pasa hoy por delante mía. Una alargada nube larga divaga por el cielo, lleno de estrellas que brillan más en esta noche llena de humedad, que la hacen fría a pesar del calor diurno. Las ondas hertzianas me acompañan, llenan la noche de flores y de pasión, sutilmente mezcladas con acentos franceses de los sesenta. Mientras, en esta sensación de paz y tranquilidad, yo sigo "intentando rescatarte de tan siniestras garras" Y me siento cada vez más pequeño mientras observo un avión pasar dejando tras él un rastro de nube efímera. Dividiendo el cielo para que las estrellas cercanas a la luna parezcan aún más bellas junto a esta. Todo parece perfecto aquí arriba, tu recuerdo me acompaña y nuevas imágenes pueblan mi memoria. La tarde ha colaborado a tener esta sensación de bienestar, de tranquilidad. Deseos que revolotean por todo mi cuerpo me hacen sentir más vivo. La capacidad de controlarlos es algo impuntual, que aparece y desaparece en mí, igual que la alargada nube larga hace desaparecer por un instante la estrella más brillante del carro, y dentro de poco hará lo mismo con las compañeras de esta.

Me voy a descansar deseando que tengas dulces sueños