Rey sombra

Rey sombra

lunes, 23 de julio de 2007

Paseo

Tres chicas pasean despreocupadas bajo el sol. Es una mañana agradable. El sol está ya en lo más alto del cielo, pero no aprieta. Deja caer sus rayos sobre la gente, que los reciben gratamente. Todo esto unido a una suave brisa que refresca todo el ambiente. Un pájaro canta en una casa cercana... que tranquilidad siento. Miro a mi alrededor y veo que no tengo que hacer nada, solo dejar que pase este momento, disfrutarlo. Algunos coches pasan lentos por la calle delantera. De ellos salen distintos sonidos, canciones, palabras, gafas de sol, brazos... Algunos niños corretean por la acera dirección al parque de la calle posterior. Bicicletas pasan a toda velocidad con niños despreocupados en ellas. Una suave sintonía pop llena el ambiente en los huecos que da la realidad. El grupo de las tres chicas aún no se ha acercado, su andar es tan pausado, que parece que aún están en el mismo sitio de antes.

Las nuevas construcciones que se levantan frente a la casa están llenas de vidas, muchas aún por terminar. Antes eso era campo, ahora es un bosque de antenas. Sigo paseando la mirada cansadamente por el paisaje, fumo un poco de tranquilidad y me dejo llevar nuevamente por la música. Pienso en leer un poco, pero todo lo que veo me entretiene y me tranquiliza. La mañana es agradable, todo parece en armonía. Sucede cuando tiene que suceder. Algunas golondrinas planean a ras de suelo, se elevan ante la proximidad de los coches. Los gorriones saltan entre los terrenos de los solares que aún están por edificar. Nada puede estar mejor, todo en su sitio. El grupo de chicas a avanzado. Ahora las puedo distinguir, una de ellas lleva el pelo recogido, color fuego, camina despreocupada, fuera de la tranquila conversación que mantienen sus compañeras. Estas dos, con el pelo suelto, hablan tranquilamente, divertidas, son morenas, como lágrimas de oscuridad. No me canso de mirarlas, siguen avanzando... y van a cualquier otra parte de allí. Casi puedo salir a su encuentro, no pienso hacerlo, pero casi puedo hacerlo. De repente pasan delante de mí. Las miro, la chica ensimismada sonríe al sol, mira las cosas con tranquilidad. Las otras dos han dejado la conversación para luego y ahora acompañan en silencio a la otra muchacha. Y de repente desaparecen... todo se queda vacío, sin sentido. Quizás vaya a leer algo.

Sigo deslizándome.

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