Rey sombra

Rey sombra

miércoles, 14 de abril de 2010

Punto

Carcomidos por el óxido de meses sin escribir, mis dedos, frágiles, huesos cubiertos de carne blanda, teclean perdidos sobre el ordenador. Una mirada, que sigue el cursor, incrédula ante lo que aparece tras este, cansada. No hay fluidez mental. No hay orden sintáctico. No hay mensaje nítido. El texto va decayendo. Buscando una salida entre puntos y comas. Cruzo las piernas, quizás así sea más fácil. Aunque el resultado no es del todo placentero. No necesito escribir nada, pero tengo una necesidad ardiente de sentarme aquí, y es escribir lo que hago cuando me siento aquí. Soy presa de mis costumbres. Realizo los mismo movimientos, salen de mi, como un autómata. Miro a través de la ventana. Nada. Unas nubes anaranjadas por la luz de los faroles se deja entre ver por las hoja del ficus. Una sube brisa lo mece. Esta casa necesita un poco de altura. Al igual que yo necesito más vida. Más. Quizás este sea el motivo por el que no me siento cómo ahora aquí, frente a la pantalla. Necesito tener motivos para escribir. Ni mi imaginación funciona. Ya no creo nada. No me interesa. Me parece absurdo. Me interesa más leer, aunque no lo haga. Quiero volver a disfrutar las mañanas. Ahora que hay sol no tiene que ser dificil. Quizás así rompa la rutina y vuelva a sentirme cómodo escribiendo.

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