Rey sombra

Rey sombra

jueves, 15 de abril de 2010

Nerviosamente tranquilo.

Se abre el sol en la mañana. Breves destellos entran en el cuarto. Un cigarro llena de humo la habitación. Baila con la música. Yo paseo de un lado a otro, tranquilo. El aroma a café llena mis fosas. Me siento despierto, útil. Detrás de todo esto tiene que haber algo, algo que no puedo explicar. Tengo esta sensación que me oprime el pecho. Me dejo caer con ella en el sillón. Estiro mis piernas, así repartiré la presión por todo el cuerpo. Ahora una nube cubre el sol, la luz es gris, todo el cuarto se ha vuelto plateado y yo me sobrecojo en mi hueco. No comprendo estos cambios. Me vuelvo a levantar, busco la frescura de la luz de la cocina. Allí de pie pienso en la noche de ayer. No la recuerdo, no hice nada especial digno de recordar. Vuelvo al salón. El desorden me absorbe, no se donde parar. La música sigue sonando, me tranquiliza escucharla. Una calada y vuelvo a moverme. Estoy cansado ya de este paseo. Me siento, ahora, en la cama que hace de sofá. Es incómoda, no puedo apoyar mi espalda. Me dejo caer. Me duermo. Al despertar puedo oler con mayor intensidad el café. Me acerco a la cocina, me sirvo uno. Un cigarro complementa la excitación de la cafeína. La música se se vuelve más violenta. Por fin estoy tranquilo.

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