Rey sombra

Rey sombra

miércoles, 26 de diciembre de 2007

día de delirio

Hoy al despertar brillaba el sol. La mañana no podía ser más cotidiana. Mientras, avanzaba el tiempo recordando sonrisas coloniales de áfrica, ¿cómo brillarán sus ojos allí? ¿cómo lo hará su pelo? Me contento con poder oir su voz, y me siento atormentado en ese momento...

Sin quererlo la tarde llegó, y yo me heché a andar. Sentir la ciudad en mis pies. Dejar que todo pase mientras nada ocurre. Pensar en lo que nunca pienso. Ver lo que nunca miro. Escuchar lo que nunca oigo. Ver la ciudad que nunca veo. Pero me faltaba una sonrisa, y la he encontrado. Corría delante de mí, en mi rostro, en mi memoria, en mis labios. Observar el arte la apaciguaba, le hacía sentir bien, y a mí con ella. Sin estar has estado... ¿por cuánto tiempo? Se dibujaba un cielo plateado de azules nórdicos. El río recogía el peso del sol en el horizonte. Luces por todos lados me hacían caer en la cuenta de que diciembre ha llegado... me ha cogido por sorpresa. ¿hacia dónde he estado mirando hasta ahora? El frío se iba haciendo cada vez más intenso, eso me gustaba, me hacía sentir más vivo. Ríos de peatones resvalan por las mismas calles que mis pies, que me conducen al calor del hogar, de esto que llamo hogar.

Ha caído la noche y no puedo parar de andar. Mis pies se sienten bien así, mi mente se despeja cada vez más. La música entra en mi cabeza tranquilizando a la materia gris. Las estrellas pueblan el cosmos y una nube se atreve a divagar por el cielo. Mientras, la luna, ilumina anaranjada todo lo que un día pudo ser y no quiso.

Observando a los que se deslizan, preguntándome si yo verdaderamente lo he hecho alguna vez.

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